DELIRIO (iv)

¡Cómo crujía el metal y la carne, la electrónica subyacente, la sordera arbotante y la esperanza inútil dentro de mí…! Como si tuviera un hígado seccionado por los grados de insomnio o los boleros románticos; como si tuviera dos riñones exhaustos de tanto aguantar los algoritmos; como si tuviera un sistema sanguíneo irradiando dos piernas [...]