Debo declararme fan de las películas de acción y, por supuesto, de aquellas que hace Jason Statham para nuestra sana diversión, en mi meditabunda opinión dentro del género es en mucho el sucesor de Clint Eastwood: el tipo duro, callado, irónico, recalcitrante, incorregible que va hasta las últimas consecuencias, Statham ha ampliado el abanico y ha interpretado héroes, contra–héroes y algún villano en espera de redención pero encuentro en él ese mismo ánimo. Dicho lo anterior y para ahorrarnos vueltas dejemos en claro: me encantó THE BEEKEEPER despliega en sus 105 minutos (créditos finales incluidos) toda la diversión de las peleas a brazo partido, la exaltación de los golpes contundentes, el asombro de las ráfagas a la Peckinpah (The Wild Bunch homenajeada), las explosiones, y hasta el paroxismo de los cortes de extremidades… Calmarse no es algo que haga uno de estos guardianes rabiosos. Les digo tiene de todo, menos aburrimiento… ojalá mi opinión totalmente parcial pero convencida encause a los espectadores correctos a esta cinta.
Pero, en principio, no estoy aquí para hacer una simple alabanza de la película de David Ayer (Fury, Suicide Squad) sino analizar un poco de la cinta la cual me pareció no sólo entretenida sino interesante: a su modo es la respuesta “judicial” a John Wick, me explico: en aquellas dentro del sistema de los seres mundanos existen otra columna vertebral hecha de asesinos que mantiene el orden de las cosas, cuando el hijo de un mafioso de mediana monta saca a Wick de su retiro todo se desestabiliza hasta llegar a las más altas esferas. En el mundo de THE BEEKEEPER existe una figura bastante similar y muy interesante, “el cuidador de abejas” vela por el bien de la colmena, la comunidad, opera sobre el sistema pero fuera de él… tiene la prerrogativa de intervenir y hacer lo necesario (por los medios más violentos) para garantizar el bien común, el funcionamiento del sistema guiado por su juicio… por su conciencia, la cual posee una alta noción del bien y del mal, “conceptos pasados de moda” según la propia cinta.
Bueno… el hecho es que gracias a un ciber–crimen que provoca una muerte sacan del retiro a uno de estos beekeepers, que en una escalada de violencia se abrirá paso para remediarlo todo incluso llegando a las más altas esferas. Lo interesante de la figura es que es un defensor del funcionamiento más que del propio sistema, garantiza con sus acciones el paso de la civilización lo cual por sí mismo es un concepto griego pero más romano y eso es extraño en este tipo de películas, no sé si está puesto a propósito o es simple mi febril lectura, pero la existencia de este guardián establece sin lugar a equivocaciones las nociones de bien y mal, y más allá de esto, el reconocimiento que el mundo no es perfecto que funciona sobre ciertos parámetros y dentro de ciertos límites, pero cuando alguien quiero salirse de ellos es necesario reencausarlo. Jeremy Irons que me atrevo a decir es el único que actúa… explica que el mundo opera como esta colmena donde todos hacen su parte desde los obreros hasta la reina pasando por los guardianes como garantes de la propia civilización.
Y de nuevo la elección de la figura de la abeja como industriosa y polinizadora también salta a la vista, una y otra vez está tenemos este reconocimiento; sin abejas no hay agricultura, ni civilización, ni nada… una y otra vez la noción de proteger el mecanismo, la polis, la República, insisto son temas de verdad valiosos y miles de antigüedad… de nuevo es una sabiduría antigua puesta en medio de coreografías exactas y violentas contrastadas con lo que actualmente vivimos: el mundo digital, contraseñas, bitcoins, blockchains, una realidad mezclada donde lo virtual es cada vez más capaz de trastocar y herir al mundo real sin siquiera tener plena conciencia de lo que hay detrás son seres humanos y vidas humanas… porque al final se pierde esa humanidad inherente cuando en lugar de “ver al prójimo” sólo se ven números, datos, logros, objetivos… Statham lo dice: “te respetaría si miraras a los ojos a la gente cuando les robas”.
El final también es bastante complejo porque ahora se centra en la Democracia el hecho no es que hay financiamiento de campañas con el dinero de los ciber–crímenes, sino que esa misma figura que no tiene ni la menor noción de bien y mal sólo de dinero y poder pudo “hackear” el sistema y entregarle el poder a alguien, que por más buenas intenciones que tenga, es parte de la corrupción de ese sistema. Así que lo que empezó como una historia de venganza se desarrolla y acaba como una defensa de ideales como la República, la Democracia, los contrapoderes… el enemigo ya ha dejado de ser el que manipula los medios de comunicación sino quien administra los sistemas sobre los cuales corre la información de este mundo. Al final la película de manera un poco soberbia encara a la ley contra la justicia y un poco medrosa cuida una investidura porque al tratar con símbolos es fundamental proteger el mito nacional sobre todo en el caso de los gringos… En fin, ahí está algo de lo que leí en la película que se sostiene por sí misma.
Enrique López T.
Debe estar conectado para enviar un comentario.